Mandarresa 2

En la misa, colocaba a un lado una bandeja con el pan y al otro una bandeja vacía. Después de la consagración, la mandarresa tenía que dirigirse al altar con la bandeja de pan para dárselo al sacerdote, y este le daba el manipulo para que ella lo besara. En la bandeja que no había pan, los asistentes a la misa dejaban dinero. Cuando la misa acababa, la mandarresa cogía la bandeja con dinero y la subía a la sacristía. Su madre cobraba el dinero de la casa del difunto, para poder pagar a los chicos de hachas y candelas, el pan y los certificados del médico. La mandarresa también cobraba algo por sus servicios. Cuando celebraban el “cabo de año” de la muerte, hoy conocido como el aniversario, también se avisaba a la gente para la misa.

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secuencias de Julia Lacasa Plano