Mandarresa 3

El Día de Todos los Santos, era costumbre ir a las casas de las personas que habían fallecido ese año y dar algo de dinero. El Día de Almas, en una misa que hacían para los difuntos de ese año, la mandarresa colocaba y encendía una cantidad de candelas acorde al número de difuntos que hubo ese año. Colocaba una bandeja vacía, para que los familiares de los fallecidos depositaran en ella el dinero que habían recibido de los vecinos, y la mandarresa se encargaba de subirlo a la sacristía. Cuando Sangüesa creció, la madre de la entrevistada dejó de encargarse de avisar del funeral a los vecinos, porque era mucho trabajo llegar a todas las casas. Esa labor la empezó a desempeñar el alguacil, que se colocaba en las esquinas y voceaba el anuncio. Hoy en día el trabajo de mandarresa no se ejerce. El pan que llevaba su madre a la misa por el difunto se lo quedaba el cura. En Todos los Santos le daban dos barras de pan.

Compartir
Código embebido:

secuencias de Julia Lacasa Plano