El colegio de monjas 3

Las mesas y los bancos de clase eran para cinco chicas, hasta que en el último curso eran de dos plazas. Cuando terminaba el recreo y avisadas por el sonido de las chascas tenían que regresar a clase, lo hacían mientras cantaban el “Cara al sol”. Recuerda que en la fiesta de San Pedro se daban premios escolares y que a lo largo del curso se colocaban bandas de buen comportamiento y cuadros de honor o conducta en los pasillos.

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secuencias de Babila Irigoyen Taso