La matanza del cerdo

En la víspera se llevaba al cerdo al matadero, donde ya estaban avisados de su llegada. Al día siguiente algún empleado mataba al animal y sus dueños iban a recoger las tripas y la sangre. De esta forma, con la ayuda de una mondonguera, se podían ir haciendo las morcillas mientras el cerdo era despiezado.

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