60 Javierada

En la Calle San Miguel había una fonda y veía a los peregrinos. Los de Sangüesa siempre iban a la primera misa de Javier. En su casa no había sitio para dormir pero su madre daba de cenar a familiares de las monjas y dormían en el pajar con unas mantas. También fueron sobrinas de su marido, les secó la ropa y les dio de cenar y desayunar. El pueblo era muy hospitalario.

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secuencias de Mª Dolores Izquieta Uroz