La anécdota de las caballerías

El entrevistado cuenta la anécdota, de que un vecino suyo, el señor Emiliano, trabajaba con unas caballerías a las que nunca les daban grano. Una vez le dio a un burro una capaza llena de avena. El burro se comió la capaza y dejó la avena. Este mismo señor Emiliano, tenía un burro que ataba con un ramal y un clavo en el suelo, pero no lo anudaba bien, y se metía en los campos.

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secuencias de Nicolás Navallas Martiz