Honras fúnebres

En el velatorio se rezaban muchos rosarios. De esto se encargaba el “rosariero”. Amigos y familiares velaban el cuerpo por la noche. Al día siguiente se celebraba el entierro. La cofradía de almas se encargaba de conseguir el ataúd a cambio de una cuota. Según el dinero aportado, el entierro era más o menos ostentoso.

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secuencias de Nicolás Navallas Martiz