Protección ante las tormentas

Para evitar que cayese piedra en los campos se rezaba un Padre Nuestro y se colocaba una pequeña cruz, a la que se volvía a acudir para rezar cuando se avecinaba tormenta. También existía la costumbre de recoger (dice la mujer que el día de la Resurección) treinta y tres piedras, que después se tiraban para que la tormenta desapareciese.

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secuencias de Jesús Bandrés Baigorri